ME DIRIJO A VOSOTROS
El don profético es ciertamente también un don del espíritu, pero no un estado que trae felicidad al ser humano, porque Dios sólo da este don a un ser humano con el propósito de señalar a los demás seres humanos los juicios venideros y sus consecuencias, para amonestarlos y advertirlos seriamente … Porque siempre se trata sólo del bienestar espiritual de los humanos, de la Salvación de sus almas, lo que deberían lograr, pero por inercia a menudo lo descuidan y toman caminos equivocados que conducen a la perdición.
Sin embargo, cualquier pensamiento erróneo y cualquier mala acción repercuten en el alma, y una vida contraria al orden divino siempre conduce a la decadencia … Y, según la ley, todo pecado tiene que tener un efecto en algún momento, y así también el estado pecaminoso y oscurecido de toda la humanidad debe tenerlo y resultar en juicios destinados a restaurar el orden divino … Los seres humanos, en su ceguera, no consideran esto, y por lo tanto, tienen que ser avisados al respecto y ser amonestados a cambiar su estilo de vida … Se les tienen que señalar las consecuencias de su actitud errónea y se les tienen que dar las advertencias correspondientes …
Y esta es la tarea de los videntes y profetas que consiste en anunciar los juicios venideros, predecir a la humanidad todo lo que ocurrirá según el orden divino, y lo que ellos mismos solo pueden conocer a través dela iluminación espiritual, a través de la previsión de acontecimientos futuros que, sin embargo, sólo se relacionan con el desarrollo espiritual de la humanidad, o a través de revelaciones de Dios que escuchan a través de la voz interior. Anunciar tales acontecimientos a la humanidad no es una misión bendita, sino una muy necesaria, una por la que un ser humano tiene que ser comisionada por Dios y entonces obedecer si quiere servir a Dios y ayudar a sus semejantes a salvar sus almas.
Dios no permitirá que un juicio caiga sobre los humanos sin darles primero conocimiento al respecto, para que aún tengan tiempo para cambiar … Y por eso, en los últimos días, surgirán muchos videntes y profetas que verán claramente el juicio venidero acercándose ante sus ojos espirituales y no podrán hacer otra cosa que anunciar a sus semejantes lo que les espera. Saben que tienen que hablar de ello, porque saben que el Espíritu de Dios se los ha revelado por el bien de quienes han de temer tal juicio. Y aunque no sea escuchado de buena gana, no dejarán de proclamar en voz alta lo que saben para advertir y amonestar a los humanos.
Ellos mismos no se beneficiarán de este don; ellos son simplemente una herramienta en manos de Dios, Quien se sirve de ellos para influir en los humanos sin coerción, Quien a través de ellos mismos puede hablar a los humanos, para que todos puedan prepararse todavía, si son de buena voluntad. Pero los profetas del fin de los tiempos encontrarán poca fe entre los humanos, y aun así dejan que su voz se escuche una y otra vez. A menudo serán ridiculizados o atacados como falsos profetas, pues el adversario de Dios también aparece al mismo tiempo, pero él anuncia a los humanos lo contrario. Ofrece la perspectiva de progreso, promete a los humanos una época de prosperidad y una transformación para mejor … Y busca sacar provecho de ello …
Los falsos profetas no son altruistas, y así es como se les reconoce: aceptan pago por sus servicios y hablan de su propio entendimiento. Sin embargo, el Espíritu de Dios solo puede obrar en seres humanos completamente dedicados a Dios y dispuestos a servirle desinteresadamente … Por lo tanto, vosotros, los humanos, podéis poner a prueba a cada profeta, porque el verdadero profeta sólo se preocupa por la Salvación de las almas de los humanos, y sólo advierte y amonesta sobre los acontecimientos que debe proclamar conforme a la voluntad de Dios. Y a éstos debéis escucharlos, porque hablan en nombre de Dios y con vistas al fin inminente …
Amén